Por Omar Farías Luces
Los
avances de la tecnología han elevado
las cualidades y particularidades de los vehículos
eléctricos e híbridos,
posicionándolos diariamente como objetos de primera necesidad para la movilidad
automatizada y preservación del ambiente
en un futuro no muy lejano.
El
auto más famoso en esta categoría es el Tesla,
de Elon Musk, ya que el Model 3, tiene la
primera posición en las ventas de este año en todo el mundo, con un total acumulado de 149 mil unidades, lo que
representa 3,92 veces más de unidades vendidas de su más inmediato competidor,
el Renault Zoe, con 38 mil unidades.
Vale
destacar, que durante el primer semestre de 2020, surgieron nuevos modelos de
vehículos eléctricos e híbridos, que llegaron para hacerle una dura competencia al Tesla, o que demuestra
el aumento de la popularidad de este tipo de tecnología.
Una
de las ventajas más fuertes de estos
automóviles es la batería, ya que su funcionamiento está probado en todo tipo
de terreno y cambios bruscos de temperatura, ofreciendo seguridad a sus
usuarios, ya que estas baterías podrían llegar a sobrecalentarse en situaciones
extremas de calor elevado o fallo técnico, sin embargo, según los test
realizados no harían combustión.
La
mayor prueba a la que es sometida la batería de estos vehículos se trata de
comprobar si en caso de un fallo eléctrico, la pila resiste sin incendiarse o
explotar; por lo que es sometida a un choque mecánico, a través de un impacto,
para garantizar la seguridad de sus
ocupantes, incluso si la batería queda inutilizada.
Entre
las ventajas de los automóviles eléctricos y los híbridos se destaca el ahorro
de combustible, ya que su mecánica exige menos fuerza al motor de combustión.
Por
otra parte, al contar con la etiqueta ECO,
pueden circular por zonas con el protocolo anticontaminación activo o descuentos
en peajes o estacionamientos, lo que representa una gran ventaja fiscal.
Incluso, este tipo de automóviles tiene permitido el acceso al centro urbano,
lo que es sumamente importante sobre todo en la actual situación de la pandemia del Covid-19, que ha generado mayores
restricciones al tráfico en las grandes ciudades.
Pero
no todo es perfecto, también existen algunos detalles que no juegan totalmente
a su favor, como el hecho de que son más útiles en entornos urbanos, ya que en
autopistas funcionan casi como un automóvil de combustión tradicional.
A
pesar de ser mucho más limpios, cuando el motor eléctrico deja de actuar,
funciona a través del motor de combustión y contamina el ambiente como
cualquier otro normal. Además, sigue siendo más caro que un vehículo a diésel o
gasolina, por lo que vale la pena analizar su uso en contraste con la
inversión.
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